INTRODUCCIÓN
Desarrollar un curso exige al docente que reúna e integre enormes cantidades de recursos y contenidos con los cuales trabajarán los alumnos. Pensar que un solo libro es suficiente para lograr la competencia general de un curso sería irresponsable. En años pasados el docente debía hundirse en varios libros para localizar capítulos y estractos que fueran de utilidad en su curso. La inversión de tiempo y energía era demasiada. Con el poder del Internet y la WEB, el docente ahora puede ir a Google, teclear su término de búsqueda, y localizar en segundos o minutos incontables fuentes de contenido. Es cierto que se ha facilitado la localización de recursos pero al mismo tiempo surge un nuevo problema derivado de la naturaleza efímera de los medios digitales. Así como un día una lectura, video, o documento de algún tipo está disponible en la WEB, al siguiente día puede no estarlo. La consecuencia de esto es que toda esa inversión de tiempo y esfuerzo del docente se ve socavada de manera inadvertida por el mismo recursos digital que se entendía como favorable. ¿Está el docente atado a la variabilidad de un desconocido y pseudo benefactor virtual, cuando de recursos en línea se trata? No necesariamente.
EL PROBLEMA CON LA DISPONIBILIDAD EN LA WEB
Entre docentes reconocemos el invaluable recurso que es la web por sus incontables contenidos relacionados con cualquier asignatura que uno pueda trabajar. Al buscar contenidos para un curso es común navegar diferentes tipos de plataformas, como lo pueden ser blogs, páginas web, y WIKIs. Estos espacios virtuales son los que contienen textos, visuales, presentaciones, videos, y archivos para descarga que uno fácilmente puede referenciar y usar en el curso que se está desarrollando.
Sin embargo, hay que reconocer que un contenido encontrado en la web puede desaparecer sin previo aviso causando que el curso al cual se integró se vea afectado. Por ejemplo, si una práctica se centra sobre un video en Youtube que de momento ha dejado de estar disponible , entonces la práctica completa, junto con su evaluación, se desmorona. Aparte de interrumpir la experiencia de aprendizaje del alumno, esta dificultad obliga al docente a volver a invertir tiempo y esfuerzo para localizar un nuevo contenido que sea relevante y así poder hacer la sustitución por el video inicial. Pero esto no termina allí ya que también sería necesario actualizar la instrucción, hojas de trabajo, y procedimientos de evaluación.
Es muy cierto que vemos hacia la web para ampliar la extensión de contenidos que pueda tener un curso. Muy pronto nos damos cuenta que el precepto – “si está en la web, está para siempre” – no es el caso con algunos contenidos. Puede haber diversos motivos por los cuales un contenido deja de esta disponible en la web como, por ejemplo, el contenido se elimina por violar condiciones de uso de la plataforma, o el usuario que inicialmente lo publicó ha decidido cambiarlo a privado e incluso borrarlo. Sin importar el motivo, la web es una excelente fuente de contenidos pero no ofrece al docente una garantía que los contenidos que decida usar estarán disponibles para siempre.
Entonces, ¿qué puede hacer el docente para garantizar la disponibilidad de sus contenidos web?
LA SOLUCIÓN SE ENCUENTRA EN USAR LAS HERRAMIENTAS ADECUADAS PARA GUARDAR EL CONTENIDO
En la actualidad hay varias soluciones accesibles para asegurar la disponibilidad del contenido WEB que el docente ha identificado para usar en sus cursos. Principalmente tiene que ver con espacios de almacenamiento en donde guardar contenido. Hay que tomar en cuenta el tipo de contenido que uno quiere guardar, ya que se pudiera caer en el error de pensar que un servicio de almacenamiento en la nube es el equivalente a un disco duro local y que, por lo tanto, ahí se guarda todo. Mientras que hay algo de verdad en esta idea, pues en esencia todo tipo de contenido se guarda en un archivo, en la WEB el contenido se presenta de diferentes maneras, en diferentes tipos de plataformas, y esto puede afectar cómo se puede guardar algo.
El contenido en la WEB no solo es texto que se puede copiar y pegar. Es común encontrar contenido en forma de visual, presentación de diapositivas, audio, audiovisual e incluso tener grados de interactividad. Además, se vuelve más habitual encontrar espacios WEB que combinan estos medios digitales agregando inserciones de terceros, anuncios, y muchas cosas más. Estas combinaciones pueden complicar el guardar esa página web o blog que se pretende usar en un curso.
Por suerte, no todo está perdido. Aquí te recomiendo dos alternativas con las cuales puedes guardar una gran variedad de contenido WEB que encuentres para tus cursos y que, cuando localices contenido que no se puede descargar, puedas guardar una referencia para futuras consultas.

La primera recomendación es usar Google Drive para todo tipo de documentos, gráficos, presentaciones, audios, y audiovisuales. La ventaja de Google Drive es que está hecho para funcionar tal como un disco duro local, en donde se usan carpetas para guardar y organizar todo tipo de archivos. Por lo tanto, de la misma manera como ya usas tu disco duro local es que puedes usar Google Drive para guardar, por ejemplo, artículos y libros en PDF, archivos de fotos, diagramas, presentaciones y hojas de trabajo que uses en tus cursos. Google Drive acepta todo tipo de archivo, incluso videos. La parte excepcional de Google Drive es que con facilidad puedes compartir un archivo o toda una carpeta de contenido con tus alumnos una vez que has cargado y organizado tus archivos.
A pesar de las muchas ventajas que te puede brindar Google Drive para guardar y compartir, debes tener muy presente el espacio que tienes disponible en tu cuenta. Con cuentas de Gmail, Google Drive solo ofrece 15 GB de espacio para almacenamiento. Por otro lado, si tu escuela tiene el servicio de G Suite, entonces tendrás espacio ilimitado a través de tu cuenta institucional. Aquí puedes consultar los detalles para ampliar el espacio de almacenamiento para cuentas de Gmail.

La segunda recomendación es usar Evernote para guardar todo tipo de páginas web, blogs, wikis. A diferencia de Google Drive, Evernote funciona a base de notas y una nota puede contener texto, visuales, audios y documentos. Mediante su extensión Web Clipper con facilidad se puede guardar casi cualquier tipo de contenido encontrado en una página web. El Web Clipper te permite guardar todo lo contenido en la página web o guardar solo el texto y visuales, eliminando toda la información arancelaria que pueda haber.
El verdadero beneficio de Evernote surge cuando se ha guardado algo de contenido. Mediante la búsqueda integrada se puede localizar cualquier palabra, expresión, u oración en los contenidos guardados en las notas; sean estos en el texto de una nota , dentro de una fotos, e incluso dentro de un documento PDF o DOCX atado a la nota.
De la misma manera como Google Drive tiene algunas limitaciones en espacio, un caso similar sucede con Evernote. Evernote no cuenta espacio tal como si fuera un disco duro. En lugar de esto cuenta el total de MB / GB sincronizados al mes. Es decir, virtualmente tienes espacio ilimitado pero, según el tipo de cuenta, tienes límites en cuanto puedes sincronizar al mes. Aquí puedes consultar más información sobre los tipos de cuenta y sus características.
CONCLUSIÓN
La WEB es un bosque rico en contenido que se puede usar en cualquier curso que un docente este desarrollando. Basta un navegador para explorar un sin fin de recursos y con facilidad usarlos en una actividad, unidad, o curso. Al mismo tiempo, se corre el riesgo de que algunos recursos WEB, o todos, usados en un curso desaparezcan de un momento a otro, generando un problema programático para el docente y para sus alumnos.
Por suerte, tenemos a nuestra disposición herramientas como Google Drive y Evernote que, al combinar sus funcionalidades de almacenamiento, le permiten al docente guardar el 90% de medios digitales que encuentre en la web, de esta manera garantizando que los recursos de sus cursos siempre están disponibles.