¿Por qué estudias? “Para superarme” y “Para ganar más dinero” seguramente serán algunas de las respuestas más populares. Mientras que algo de verdad expresan, la realidad de las cosas es que no son un reflejo de un verdadero ejercicio de reflexión personal que sustente el motivo del estudio personal. En términos más sencillos, superarse o decir ganar más dinero no son verdaderas razones para mantenerse motivado durante el estudio independiente.
Para dar una respuestas valida a esta pregunta guía, uno necesita llevar a cabo un breve ejercicio de reflexión para identificar el verdadero porqué de los estudios. En esta búsqueda de motivos uno debe de ser pragmático e identificar actividades concretas que obtendrán un beneficio directo una vez que se concluya la etapa de estudio; incluso, de ser posible, que se puedan ver resultado a la par del proceso de estudio.
Estudiar una maestría en docencia del idioma inglés me puede dar seguridad en el trabajo, obtener nuevos beneficios e incrementar mi valor profesional. Todas estas son razones válidas pero, y tal como lo he mencionado ya, no representan una verdadera conexión con las características personales de uno en relación al trabajo que uno hace día a día. Es justo aquí, en las labores cotidianas, de donde uno debe obtener las razones que se conviertan en los fundamentos de la motivación del estudio independiente.
A los pocos años de haber estado dando clases de inglés me fue claro que mi verdadero interés era la investigación y preparación de docentes. Esta actividad va muy de acuerdo con mis características personales, cómo percibo la inteligencia y vocación por la docencia.
Más allá de las razones efímeras que uno pueda emitir al intentar responder la pregunta principal de este blog, mi razón es muy específica a una puerta que se me abrirá una vez que concluya los estudios de maestría. Tener el título de maestría me permitirá involucrarme en la investigación educativa y adentrarme aún más en la preparación de docentes del idioma inglés. Éstos son los verdaderos pilares que mantienen mi motivación por el estudio independiente cargada, pues son motivos que me emocionan de una manera muy personal.
Volviendo a la pregunta – ¿Por qué estudias? – la respuesta debe ser tal que uno se emocione por ello y permita encauzar los esfuerzos que uno invierta en el proceso de estudio. De repente, cada materia, unidad, actividad y participación adquiere un nuevo valor ya que todo se vuelve parte de una experiencia que será aplicada de manera precisa en un futuro de corto plazo.
Por oposición, lo que se busca evitar es estudiar por estudiar. Es posible que el simple hecho del estudio sea suficiente para emocionar y, por lo tanto, sea el mismo sustento de la motivación. La falla con ésto es que es poco probable que este motiva tenga una carga emotiva que perdure todas las dificultades que puedan surgir en la práctica habitual de un estudio independiente de varios años. Así pues, mientras se inicie con energía y emoción, difícilmente se pueda mantener por mucho tiempo y como resultado en pocos meses uno olvide el porqué del estudio independiente, principalmente cuando se requiere de una doble o triple inversión de esfuerzo y sacrificio personal.
¿Por qué estudias? Antes de arrojar respuestas preprogramadas, toma el tiempo para reflexionar un poco e identificar los motivos precisos de tus habituales labores que obtendrán un beneficio directo de tus estudios, para que éstos se vuelvan la carga energética de tu motivación personal.